Sí, sí, sí. He venido a participar. A responder el tan esperado “cuestionario Proust” que mi amiga Olga me ha invitado a participar. Le dije que me recordabas los famosos “cuadernos de confidencias” que teníamos cuando éramos niñas. Aquello que cada página tenía una pregunta y respondíamos todas en cada una en una línea.
Treinta y ocho primaveras disfrutadas, esta última confinada, pero igual, atesorada con los cinco sentidos. Hoy escribo estas líneas con aún más ganas de seguir celebrando la vida, bebiendo buenos vinos con buena compañía.