La semana pasada estuve en Castilla-La Mancha disfrutando no solo del buen tiempo sino también de la gastronomía, aceite de oliva incluido, y sus paisajes variopintos.
En tanto esto pase volveremos a viajar a lo largo y ancho de nuestra geografía, siempre alegre y exuberante, con eternas reminiscencias del periodo estival. Hoy paseamos entre olivos, tamarices y hayedos, vislumbrando la amplia llanura de Castilla-La Mancha.