Último jueves de la década y del año, se acerca el final de un año vivido con intensidad, saboreado sorbo a sorbo y con un buen sabor de boca de vinos leídos y libros catados, para brindar con burbujas de felicidad.
Literatura líquida que moja los labios y alimenta el alma. Literatura líquida, expresión de la naturaleza, legado cultural. Literatura líquida para regalar, para compartir y para disfrutar.
La cata de vinos conlleva una serie de pasos, que seguidos con orden sistemático nos permiten leer a través de la copa, entender aromas y saborear historias.
Si tuviese que hacer un ranking de vinos imprescindibles para la navidad, sin duda, el oporto tendría un lugar especial.
Hoy seguimos con la segunda parte del ejercicio de maridar vinos y novelas. Esta vez, en un entorno intrigante, fabulario y de suspense.
Hoy vamos a maridar novelas y vinos. Un género literario escrito en prosa, con la fusión perfecta de un buen vino que empape nuestros labios en poesía líquida.
El grupo Solar de Samaniego, a través de Bodegas Solar de Samaniego, y su proyecto “Beber Entre Líneas” ha unido dos artes dentro de un solo proyecto, (¡apuesta certera!), a la creación de un espacio único dentro de una bodega, que enmarca el vino y la literatura.
Hoy tornamos la mirada hacia país del sol naciente, el país de los samuráis, los quimonos y los bonsáis. País de nacimiento del escritor Haruki Murakami y de la bebida alcohólica conocida como Sake en occidente, cuyo nombre correcto es Nihonshu.
Como en un triángulo amoroso de la literatura clásica, el viñedo de Beaujolais se encuentra entre el sur de la Borgoña y el norte del Ródano.
