Sí, sí, sí. He venido a participar. A responder el tan esperado “cuestionario Proust” que mi amiga Olga me ha invitado a participar. Le dije que me recordabas los famosos “cuadernos de confidencias” que teníamos cuando éramos niñas. Aquello que cada página tenía una pregunta y respondíamos todas en cada una en una línea.
