Saboreemos hoy un pequeño pedacito de mundo a través del universo borgiano, con un relato de tinta roja, con vino y la imaginación abierta de par en par.
Conocemos el mundo a través de viajes y personas con quienes cruzamos caminos, letras y emociones. Conocemos el mundo a través del universo literario legado, que se me hace infinito plural y heterogéneo.
Disfrutamos, aprendemos y conocemos el mundo a través de un legado capaz de converger con la historia, el arte, la cultura y la tradición en un solo sorbo.
Vamos a saborear con nuestras papilas gustativas dos clásicos, en clave literaria y dionisiaca. Dos cuentos de Jorge Luis Borges y dos vinos, de dos bodegas pequeñas en tamaño pero grandes en intenciones y en el resultado de su trabajo en la viña y en la bodega.
Relatos de tinta roja clásicos
Dos bodegas a las que me atrevo etiquetar como clásicos porque a pesar de su aparente juventud, apoyan su trabajo y filosofía en el saber hacer de la tierra y de los métodos ancestrales.
Se trata de dos emprendimientos con una filosofía que busca alejarse de los conceptos de homogeneización del vino como bebida esnobista o de puntos otorgados por revistas especializadas, para reflejar el terroir y la herencia varietal.
El resultado son vinos complejos pero fáciles de beber, que reflejan un carácter poco intervencionista capaz de interpretar el entorno. Un entorno que se dibuja en la copa y se percibe con el olfato, el gusto, el tacto y la vista.
Como el universo borgiano que ahonda una y otra vez sobre el tiempo, el espacio y la eternidad, he encontrado dos vinos capaces de llevarnos cinco siglos atrás en el tiempo, al mismo tiempo que nos pone ante los ojos y el resto de sentidos, el porvenir de un sector, de un entorno, de una España rica en varietales y en historia.
La espera
Como una alegoría a nuestra espera para salir de la primera fase del confinamiento (¡vaya tela!), y avanzar hacia una desescalada que nos permita retomar el curso normal de nuestras vidas, está este relato.
La espera nos recuerda que todo eso que hoy encontramos arbitrario e inusual, en algún momento, con el paso del tiempo, empezará a tornarse familiar, invariable e incluso necesario.
Un relato que narra la espera de un, al parecer, impertérrito italiano, que vive con el peso de sus decisiones y las circunstancias al que éstas le han llevado.
Su espera la lleva confinado, con pocos sorbos de confluencia social, tan solo a ratos en espacios calculados de tiempo. (¿te suena familiar?)
Huyendo de un dramático pero no inesperado final, intenta disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, percibiendo como lejano, no ya por la magnitud del tiempo, sino por los hechos irrevocables que le anteceden, aquellos anhelos ambiciosos, voluptuosos y soberbios de otrora.
Relato de tinta roja gaditano
Vara y pulgar es un relato de tinta roja gaditano. Un vino elaborado con la variedad tintilla al 100%, y cuyo principal artífice es el enólogo y copropietario de la bodega, Alberto Orte.
Un vino que hace parte de la IGP Vino de la Tierra de Cádiz, y que trabaja esta variedad, bien valorada por su buena acidez y capacidad aromática.
La tintilla de rota, también conocida como Graciano en zonas como La Rioja en España, donde se utiliza para acompañar los blends tradicionales con la tempranillo, se le conoce de esta manera bajo la IGP Vino de la Tierra de Cádiz, en tierras patricienses y canarias.
A pesar de que sus viñas reposan bajo el hegemónico dominio del cultivo de la palomino fino, esta bodega, ha apostado por este y otro tinto, elaborado con la misma variedad.
Un vino que trasmite muy bien el suelo de Jerez, con su carácter mineral y salino, que le aporta la albariza, uno de los tesoros edafológicos de España.
Maridamos este relato en el que su protagonista le basta el sabor de la hierba y del tabaco negro, como estímulos suficientes para perdurar, con un relato de tinta roja que sabe a fruta negra, a moras, con buena estructura y notas balsámicas que le aportan frescura y vivacidad.
El jardín de senderos que se bifurcan
Un relato de tinta roja que se desarrolla sobre el marco de la primera guerra mundial, en medio de estratagemas, de un ambiente bélico y de la ambivalente agudeza de su narrador.
Nuevamente, nos adentramos en un laberinto borgiano que ingeniosamente desarrolla una historia sobre un hombre que intenta comunicar un mensaje crucial para el cumplimiento de los cometidos que se le han impuesto, en el marco de otra historia que involucra al mismo hombre con sus antepasados.
Divagaciones sobre las circunstancias que acontecen, sobre el fin de la vida, visto como algo, al parecer, si demasiada trascendencia, cuando lo realmente axial es el cumplimiento de una misión.
La determinación irrevocable del narrador se pone en pausa ante un sinuoso laberinto de conjeturas y resoluciones que llevan a la verdad sobre los innumerables antepasados que confluyen en él.
En medio de este relato de tinta roja surge la pregunta sobre la manera de hacer un libro infinito y, me pregunto yo, ¿de qué manera podemos hacer un vino infinito?
Al margen de los descubrimientos del relato, hacemos un vino infinito cuando lo apreciamos, lo bebemos y lo recordamos, cuando hace parte de un momento especial, trascendental, etéreo e inolvidable.
Relato de tinta roja tinerfeño
Medianías 2018, es el relato de tinta roja para maridar con El jardín de senderos que se bifurcan. Un vino elaborado al 100% con la variedad listán negro, de viñas viejas.
Bajo la DOP Valle de la Orotava de Tenerife, la bodega Suertes del Marqués, pionera en volver a elaborar vinos con personalidad propia y sin excesos, en suelos tinerfeños, con sus viñas podadas en cordón trenzado y la recuperación de variedades ancestrales, elabora Medianías.
Este vino hace parte de lo que la bodega cataloga como Vinos de Villa, bajo un paraguas que emula el modelo borgoñón y donde se destacan diferenciaciones para clasificar los vinos de la bodega.
Los Vinos de Villa provienen de varias parcelas, en propiedad y otros viticultores, que se vinifican por separado y se emsamblan en un proceso previo al embotellado. Dentro de este catálogo se incluyen siete tipos de vino.
El jardín de senderos que se bifurcan es un laberinto de símbolos que engloba el invisible laberinto del tiempo, y con este relato de tinta roja de listán negro, vamos a viajar a través de un laberinto invisible de una variedad aromática íntima e infinita.
¡Salud!