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Entre Riesling y Raclette

Se acerca la navidad y empezamos a vislumbrar paisajes nevados en Madrid. Salimos, en bandada, hacia la sierra en busca del disfrute de otro panorama que, por un momento, nos haga olvidar esta vorágine que hemos vivido en el 2020. Y, entre la nieve y la pradera, pienso en riesling y Raclette. 

El panorama es soberbio: naturaleza superlativa, aire puro de montaña, la pradera nevada, el paisaje majestuoso, el viento gélido que roza mis mejillas y los delicados copos de nieve, que caen lentamente sobre la superficie.

Es Madrid. Este pedacito de cielo en la tierra; este lugar que te hace sentir vivo mientras caminas sobre la nieve y se te anestesia la nariz y las orejas con el frío, aunque no los sentidos con los que aún podemos disfrutar del paisaje blanco, veteado con verde esmeralda.

El maridaje ideal para hoy: nieve y raquetas, para recorrer kilómetros y oxigenar los pensamientos. A posteriori, riesling y Raclette: variedad alemana, queso suizo y reminiscencias de un día en la sierra madrileña.

Riesling

Ciento dieciséis kilómetros me han bastado para disfrutar el paisaje nevado y majestuoso de la sierra y, por contra, un solo click del teclado, sin siquiera salir de casa, me ha bastado para viajar a la Mosela y, en el camino de vuelta a España, pasear por Suiza y disfrutar los aromas vegetales y de flores del Raclette. 

La variedad riesling, quintaesencia de las variedades blancas del país de Hänsel y Gretel, de Nietzsche, del Oktoberfest, de la Puerta de Brandenburgo y de la Selva Negra, … es una paradoja de aromas y sabores. 

En sus versiones más dulces sigue mostrando una alta acidez y una capacidad fragante que le hace excepcional y atípica. 

Esta variedad, franca y aromática, exuda el carácter del terroir de su procedencia. Alemania es, sin duda, su tierra de acogida y donde más plantaciones tiene. No obstante, la encontramos en otras regiones del mundo como Alsacia, en Francia, única región del país galo donde es permitida al igual que en España, Austria, en Estados Unidos, Hungría, etc. 

Difícil tipificarla, pues adquiere y refleja el carácter de su origen. No obstante, los riesling son flores, orejones de albaricoque, membrillo, cítricos y, en su madurez, miel y ahumados. 

Queso Raclette

Entre riesling y Raclette, elixir germánico y esencia alpina, disfruto, bocado a bocado, de un maridaje excepcional y festivo para la temporada invernal que ya está aquí.  

Del riesling la acidez y esas notas amables que perfuman los sentido. De la raclette, el gusto, la textura grasa y fundente que envuelve las papilas y nos invita a disfrutar.

Esta delicia del país helvético hace parte de la cultura invernal y las tradiciones festivas a lo largo y ancho de las montañas suizas.

Si bien, lo disfrutamos hoy en día, tal cual se hacía desde tiempos decimonónicos, desde hace apenas trece años cuenta con el sello de distinción de su origen que le proporciona la Denominación de Origen Raclette du Valais AOP.

AOP Raclette du Valais

Al igual que con los quesos españoles o franceses, al igual que con los vinos y otros alimentos europeos, el sello de la AOP certifica y garantiza la autenticidad de su procedencia y tipicidad.

La raclette define al queso y, también, al ritual que le acompaña. La raclette es familia, es compartir, es disfrutar de la única forma posible que nos permite tornarlo excelso: en compañía.

Compañía humana, compañía líquida o la unión de ambas opciones para hacerlo mundano y divino, a partes iguales y a partes fundentes. 

¿Vinalogamos?

Muy cerquita de la sierra, en Navacerrada está el pintoresco restaurante La petit Raclette, donde después de un día de nieve y paisajes de montaña, podremos disfrutar de esta maravilla de queso.

Echaremos de menos el riesling, eso si. Talón de Aquiles de la restauración en Madrid, donde solo encontramos las dos variedades blancas ibéricas que se repiten una y otra vez, desde la sierra hasta el límite más austral de la comunidad.

Así que para vivir una experiencia entre riesling y Raclette, os animo a comprar un buen riesling de la Mosela, accesible en tiendas especializadas y online.

Y para la Raclette, mi último nuevo descubrimiento: el COOKUT LUMI. Un set para la preparación de la Raclette, con la incandescencia del fuego de una pequeña velita, que igual que le da ambiente a una cena romántica, enaltece el regocijo de una cena en familia compartiendo en torno al riesling y la Raclette. 

¡Salud!

El vínculo que te une a tu verdadera familia no es el de la sangre, sino el del respeto y la alegría que tú sientes por las vidas de ellos y ellos por la tuya.

Richard Bach
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