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Los vinos de San Valentín

San Valentín se avecina y muchos, creo que la gran mayoría, aún no tiene el regalo tan esperado para la persona ideal. Seguramente mucho de vosotros no pensáis en regalar vino, y los que sí, imagino que ya tienen uno muy concreto en la cabeza. Pero seguramente vais a salir a cenar, o quizás tenéis algún plan a mayores aparte del regalito. Pues la regla de oro a tener en cuenta en una noche romántica como San Valentín es que la mejor compañía de una pareja sin duda es una botella de vino.

Partiendo de la premisa de que el vino ya es una bebida romántica por antonomasia, ya que potencian nuestros sentidos, y que marida con todo, que mejor día que el día de los enamorados para descorchar aquella botella.

Sabemos que ni todas las parejas son iguales. Hay quien sea más romántico, hay quien sea más atrevido. Hay clásicos, divertidos, aventureros… los más convencionales y los más tórridos. Pues así como hay parejas diferentes, en el mundo del vino hay vinos para todos los gustos y regustos. Y ganas no faltan de repetir o “tripitir”.

Os dejo una lista interesante adaptada a los gustos de cada uno. Pero por favor no olvidar que hoy no vale lo que te gusta a tí… piensa en lo que puede sorprender al otro, a la pareja. Porque seguramente ella estará haciendo lo mismo.

Para los Clásicos:

Las parejas clásicas no esperan menos que… los clásicos. Los inmortales, los que no pasan de moda y quedan bien vistos en cualquier ocasión. Para parejas que saben y entienden de vinos, y obviamente tienen presupuesto para ello, yo sugiero el famoso Vega Sicilia. Su historia y tradición alcanzan los rincones más lejanos de España.

Para aquellos que disponen de un poco menos por qué no optar por un Pago de Carraovejas. Otro clásico de peso en la mesa de los que conocen.

Ambos vinos son ejemplos representativos de distinción, elegancia e inmortalidad. Es un “sí,quiero” en toda regla.

Para los Románticos:

Para mí las uvas románticas por naturaleza son la Pinot Noir y la Moscatel. Una por su delicadeza, otra por su dulzor. Ahora bien… Para encontrar vinos de tales varietales sugiero dar un paseo por la Denominaciones de Origen Utiel-Requena.

La pinot noir por excelencia de ahí es de la Bodegas Hispano-Suizas. Bassus es un vino delicado y elegante, muy romántico para una noche como esta principalmente si piensas en comer carnes blancas o platos con boletos o trufas.

La moscatel que sugiero es de la DO Málaga. Botani es una moscatel súper aromática y perfecto a aquellos que prefieren los vinos blancos.

Para los apasionados:

Que las cenas con velas no es lo que más os gusta. Pensáis que todo plato se empieza mejor por el postre, y que todo guión se puede romper por una buena causa. Para parejas apasionadas, donde el deseo y la líbido habla más alto sugiero un buen Jerez, un Porto o un Amarone della Valpoliccella.

Cualquiera de los 3 traslada muy bien la idea de lo qué esperáis para esta noche. Un Jerez “Cream” de las Bodegas Tradición, un Porto Tawny, o un Amarone della Valpolicella DOCG.

Este último es mi sugerencia si además de pasión, buscáis impresionar. Los Amarones no son tan conocidos en España, pero quizás sea el vino idóneo para estas fechas. Procedente del Véneto, el vino conocido como el vino de Romeo y Julieta, es elaborado en su mayoría con la varietal Corvina.

De una selección meticulosa de uvas, y una elaboración peculiar, los vinos Amarones se caracterizan por su cuerpo, color intenso, profundidad, aromas y texturas.

Los aventureros:

Aquí lo que vale son las experiencias. Os gusta aventuraros… ir de camping, tiraros de paracaídas, esquiar o hacer cualquier cosa que os quite del status quo. Entre vosotros, sois conocidos como la pareja atípica, de las cuales muchos de vuestros amigos no aprueban lo que hacéis o cómo lleváis vuestra relación. Vuestro lema: “Está prohibido prohibir”… y mi coletilla es: “y aquí lo que vale es ser feliz”.

Para parejas aventureras y transgresoras, que huyen de las convenciones y las reglas pre establecidas he buscado vinos que sugieren todo lo diferente: “Lobo Lover”, “You & Me”, “Let’s go” o “Inconfesable”.

Por sus nombres, os aseguro una gran noche de aventuras.

Los sofisticados:

Están  los que consideran que todos los días son días de fiesta, de celebrar. Os gusta estar vestidos para todas las ocasiones y ningún día es malo para estrenar algo. Si pudiesen, comerían caviar todos los días, o trufa blanca del Piamonte.

A estos, qué mejor que celebrar San Valentín con una buena botella de Champagne o de Cava. Y es que las burbujas denotan celebración, y si tienes alguna guardada en el frigorífico, que no abriste en Nochevieja, ¡¿por qué no en el 14 de febrero?!

Los comprometidos:

En vuestra casa hay un huerto urbano, consumís bio, recicláis todo, y os interesa todos los temas relacionados con la sostenibilidad y el medio ambiente. Os gusta el entorno rural, os preocupáis con lo que coméis y estáis siempre pensando en las generaciones futuras. Estáis ciertísimos. Ojalá todos fuesen como vosotros.

A los que les van estos temas, aparte de sugerir un fin de semana romántico en una casa rural, no podéis dejar de buscar vinos bio o naturales. Se producen cada vez más vinos con estas características y cada vez mejores. Aunque los franceses sean pioneros en el tema y vienen haciendo esto unos cuantos años más que nosotros, hoy por hoy, en España, los vinos bio tienen mucha calidad y ganan cada vez más reputación.

Los divertidos:

Os gusta el sentido del humor. A toda conversación seria, añadís una coletilla bromista para romper el hielo. Pues vinos sugerentes para los más bromistas no faltan. Vinos como los del “El escocés volante”, un escocés que vive aquí en España y se dedica al tema, tiene una línea de vinos con nombres  muy sugerentes, rescatando nuestras expresiones más jocosas.

“Manda huevos”, “Es lo que hay” o “Dos dedos de frente” son ejemplo de vinos muy divertidos para estas fechas.

***

Espero que con estas sugerencias paséis un estupendo San Valentín. Los solteros, no olvidéis que nada os impide abrir una botellita en este día… O regalarse algo, darse un capricho. Tener a uno mismo como compañía es muy válido. Lo importante es disfrutar como sea.

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