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¿Por qué los jóvenes no beben vino?

No sé si sabéis, pero actualmente estudio Marketing y Comercialización del vino, y en mi clase, todas las semanas un tema que emana casi por antonomasia es la pregunta: ¿por qué los jóvenes de hoy no beben vino?

No sé si notáis, pero cuando hay una quedada de amigos, la expresión que se utiliza en los círculos habituales es “salir de copas” o quedar para “tomar unas cerves”. Cuando hace unos cuantos años atrás la gente solía quedar para tomar un vinito, o el famoso “vermut”. A los que nacieron en los años 60/70 saben bien de lo que hablo. Veo a mucha gente de esta generación aún quedando para tomar vinos.

Sin embargo, yo que soy de la generación de los Millenials, y tengo amigos de las generaciones X y Y, veo lo complicado que es servirles un vinito en casa o mismo quedar para tomar un vino. Las excusas más utilizadas son: “es que no me va los vinos”, “no me gusta los vinos”, o directamente “es que prefiero la cerveza”.

Vino, una bebida de “viejos”

Al principio, cuando acababa de llegar en el país, no entendía por qué un país predominantemente productor, tiene una población que desprecia su bebida estrella. Y ahora después de una década aquí, empiezo a entender. Lamentablemente, en España, el vino ha envejecido.

Hemos creado tanto mito, tanto protocolo y tanta etiqueta que acabamos por asustar al que sólo quiere disfrutar de su bebida mientras está entre amigos. Que si las copas, que si la temperatura ideal, que si el maridaje, que si el descorche, que si el vino respira, etc., etc. y tal. El vino ha dejado de ser vino.

Cuando había una época en que íbamos al bar y pedíamos un chato de vino, que bebíamos en un vaso normal y corriente, sin necesidad de copas… que lo transportábamos en las famosas botas… ¿por qué hoy en día somos tan especialitos?

Somos el país con la mejor relación calidad precio del mundo, tenemos historia, cultura y tradición vitivinícola, somos el mayor viñedo del mundo, y el que más exporta. Sin embargo nuestra media de litros per capta es bajísima, siendo superada hasta por Portugal. ¿Qué nos ha pasado?

Baco y Dionisio

Hemos sofisticado tanto esta bebida, atribuyendo un aire tan formal que nos hemos olvidado cual es la esencia del vino. Hemos olvidado que el vino es una bebida, de fiesta y celebración. Remontemos a Baco o Dionisio. ¡¿Por qué bebían vino, sino para disfrutar?!

A nadie ha cuestionado la temperatura ideal a Dionisio o cómo debería coger una copa correctamente a Baco. Cuando pedimos cerveza, pedimos cerveza… Como mucho pedimos por marca, o sino especificamos si queremos de grifo o no. ¿Por qué con el vino no puede ser diferente?

El vino es para disfrutar

No estoy diciendo que debemos dejar todo este conocimiento de lado. Que debemos olvidar de todo aquello que aprendemos acerca de este mundo tan fascinante. Pero como buena bebedora, me gustaría que otras personas se sintiesen libre para bebérselo también sin muchos remilgues.

Es decir, no debemos exigir a las personas que sean expertos en vinos cuando solo quieren bebérselos y disfrutárselos. Si podemos llegar a un bar y pedir una cerveza sin preocuparnos de sus infinitas variedades, ¿por qué debemos llegar a un bar y pedir un vino con conocimiento? Dejemos que la gente beba sin complejos y sin preocupaciones. A los que le gustan más ya se encargaran de aprender… y a los que no, ¡¿qué más da?!

Bebamos el vino para disfrutar, descorchemos para compartir. Para reírnos, para pasar el buen rato. Vinaloguemos sin miedo, y que estos protocolos no nos inhiba. Somos jóvenes… que nuestra única preocupación sea beber con responsabilidad.

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