El pasado martes has podido leer lo primeros 5 capítulos sobre la trayectoria del wine lover – el camino desde que descubrió su enamoramiento hacia los vinos, hasta sus primeras formaciones. Hoy continuamos este relato cómico desde el punto donde lo dejamos. Si te olvidaste de algo no dudes en volver al post del martes y leerlo nuevamente… unas buenas risas te esperan.
6 – La tienda especializada
Vas corriendo a una tienda especializada, compras un vino del que nunca hayan oído hablar. Uno con el que regalaban un mandil burdeos, bordado en hilo blanco la palabra “sumiller”, en letra cursiva y vistosa. Planeas cómo descorcharlo. Vuelves a casa con todo tu conocimiento y empiezas a llamar a tus amigos para enseñarles lo que aprendiste. Vistes el mandil y esperas a que tus amigos lleguen en casa para poder dar el espectáculo de la cata.
Descorchas la botella, la pruebas. Pero antes miras detenidamente a la copa con aires de suspense… lo hueles, la miras de nuevo… remueves la copa… la hueles de nuevo. Tus amigos están todos mirándote atentamente. Empiezas a comentar sobre los aromas, sobre lo que son los aromas. Finalmente después de 5 minutos de charla explicando los matices visuales y olfativos del vino, lo pruebas. Y antes de nada, hablas sobre los taninos… la acidez… el retrogusto.
Uno de tus amigos te mira tímidamente y pregunta: ¿Y…?
Tú reposas la copa, tragas el vino y das tu veredicto final: ¡Está bueno!
Todos respiran aliviados.
7 – El status
Has impresionado a todos. Todos ahora te consideran como el gran conocedor de vinos. Ahora es a ti a quien preguntan sobre vinos. Tus whatsapp están inundados de fotos de botellas de vino que te piden opinión antes de comprar. Te sientes importante. Sientes que ya sabes mucho.
Empiezas a comprar vinos cada vez más caros y haces la suscripción a las revistas Decanter y Wine Spectator. Hablas de Robert Parker como si fuera un gran amigo.
8 – El club de catas
Aunque impresionaste a todos, sientes que tus amigos no comparten esta pasión hacia el vino ¿Qué haces? Buscas un club de catas…
Todos los miércoles por la noche te juntas con unas 20 personas para descorchar unas 4/5 botellas. ¡Increíble! Todos allí se parecen, todos entienden de vinos. Te sientes en casa, pero tienes miedo.
Ahora ya no dices lo que piensas como decías en tu casa. Ahora prefieres escuchar la opinión de los “expertos”. Te da miedo meter la pata. Ves que mucha gente opina diferente. No hay consenso en las catas… todos tienen una opinión. Te sientes perdido, no sabes en quien apoyarte. Empiezas a dudar de tus conocimientos y de las grandes reglas del buen bebedor y apreciador del vino.
9 – El curso de sumiller
El club de catas te marea. Ya no puedes con tanta opinión diferente. Sientes que tienes que aprender de una vez por todas sobre el vino. ¿Y ahora qué? Te apuntas a un curso de sumiller de reconocimiento internacional. 360 horas lectivas, catas a ciegas y clases con profesores renombrados del sector. No haces más que estudiar acerca de vinos. Sientes que este es el camino. Empiezas el curso con 39 aficionados exactamente iguales a ti.
Es un año sensacional. Aprendes muchísimo sobre el vino, sobre las uvas, sobre su elaboración. Aprendes la diferencia entre los vinos del nuevo mundo y del viejo, los blancos, los tintos, los rosados, los espumosos, los fortificados, los dulces, los vinos de hielo y hasta el vermut. Ahora nadie te frena.
10 – La vuelta a los orígenes
Tras un año estudiando acerca de los vinos te das cuenta que el conocimiento es infinito. Que no puedes meter todo en tu cabeza ni clasificar todas las variedades de uvas, regiones o denominaciones de origen del mundo.
Empiezas a reconocer lo poco que sabes y lo mucho que te queda por aprender. Ya no te ríes de tus amigos. Ya no te das miedo decir que no lo sabes.
Cuanto te preguntan explicas lo que sabes y lo que aprendiste y aquello que no sabes lo busca… como un investigador.
Como buen wine lover seguirás estudiando y formándote siempre. Descorcharás cualquier botella para catarla. Seguirás aprendiendo, y seguirá encantándote el mundo del vino. Seguirás en la secta del club de catas y te reirás mucho con ellos.
Sabes que el mundo del vino es inmenso y que todos los días aprendes algo nuevo.
Aparcarás el mandil en tu casa. Tampoco impartirás tantas charlas a tus amigos con tus antiguos aires sibaritas.
Eso porque aprendiste el valor de descorchar una buena botella entre amigos, servirla y disfrutarla sin más.