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El viñedo francés (parte II)

El viñedo francés, claramente jerarquizado y posicionado, es plural y diverso. Vinos frescos y afrutados, suaves y delicados, concentrados y tánicos, potentes y cálidos, especiados e intensos, …  Toda una paleta organoléptica y sensorial para explorar y disfrutar.

Hoy viajaremos por la viñas del norte de Francia, por su esplendor y su imponente porte. Disfrutaremos de pequeñas pinceladas cargadas de aromas y sensaciones que recuerdan la frescura del campo que les abriga.

Partimos desde Champagne o en español, haciendo uso de nuestro rico y extenso idioma, La Champaña. 

La Champaña es la región más septentrional del viñedo francés, marca global del país, icono de lujo y festejos. Con sus colinas calizas y sus paisajes de ensueño nos invita al baile destellante de burbujas sápidas. 

A tan solo 160 km al este de la Ciudad Luz encontraremos los cinco circuitos organolépticos más gloriosos y efervescentes del país.

Variedades del viñedo francés en Champaña y Borgoña

La región de Champagne es casa matriz de la pinot meunier, la pinot noir, y la chardonnay, estos dos últimas variedades, con casa de verano en la Borgoña. 

Ya sea que se te antoje visitar la Côte des Blancs o la Côte de Bar, este último, el circuito más largo con 220km de recorrido, aquí se disfruta del ballet de burbujas en boca y de las reminiscencias de bollería, flores y fruta blanca en nariz.

El Valle del Loira, “El jardín de Francia”, con su legado arquitectónico, representa una superficie de 52.000 Ha, a través de las cuales encontraremos los conocidos sauvignon blanc de Sancerre y Poully-Fumé, los chenin blanc en el centro del valle, los dulces Vouvray y Anjou, los vinos únicos expresión del suelo granítico de Savennières o los tintos de Chinon y Bourgueil. 

Una región con tanta diversidad para catar y disfrutar que se nos harán muy cortos los días que le dediquemos para poder abarcar ese gran abanico varietal y de estilos que nos ofrecen.

Las variedades del Loira

Porque en el Jardín de Francia, además de chenin blanc, sauvignon blanc, gamay, cabernet franc y otras variedades, hay castillos de belleza indescriptible, paisajes para acariciar la vista y tantas posibilidades como estrellas en el cielo.

Tan solo en la denominaciones Saumur y Anjou encontramos todos los estilos y rangos de color de vinos: blancos, rosados y tintos con todas las posibilidades varietales y de dulzor.

Desde el Alto Loira dominado por la sauvignon blanc con sus notas típicas minerales y cítricas, su cuerpo ligero y acidez marcada, podemos emprender un viaje hacia las notas dulces texturizadas, marcadas por la selección de granos nobles y, a veces, bienaventurados racimos botritizados, de AOP como Coteaux du Layon y Quarts de Chaume.

Si por contra, nos invade la fiebre festiva de burbujas, haremos una parada obligatoria en Saumur, con su vino epónimo, regalo dionisiaco de la chenin blanc con burbujas persistentes y cremosas que acarician nuestro paladar. 

Para los apasionados de la cabernet franc, entonces un majestuoso Saumur-Champigny, toda vez místico y ostentoso en su porte tinto. 

Alsacia

Luego de este popurrí de aromas, estilos, sabores y variedades, volvemos a arrancar motores dirigiendo nuestra autopista olfativa hacia el oriente para divisar tierras germánicas.

Así que llegamos a Alsacia con sus tonalidades francesas y alemanas propias de su historia.

Esta  es la región más particular del viñedo francés. Variedades alemanas y francesas hacen maravillas para maridar con delicias gastronómicas. 

La región del riesling, el gewürztraminer, la pinot gris y el muscat; la región de vendimias tardías, de selección de granos nobles y de vinos maravillosamente envolventes en el paladar. 

Esta región donde los vinos de riesling a diferencia de sus cercanos iguales en Alemania, tienen una acidez más moderada y una textura más sedosa en boca.

La región vinícola más pequeña del viñedo francés

Sin dejar de lado otras regiones, menos conocidas y también más lejanas entre si, hacemos una breve parada en Lorraine con tan solo 100 ha de viña y al sur del todo, en Córcega, con 7000 ha.

Las viñas corsas, la parte insular del viñedo francés, descansan en la tierra de nacimiento de Napoleón, miran al mar mediterráneo y preservan e impulsan el uso de variedades indígenas y de la reina blanca del mediterráneo, la malvasía. 

Ahora me despido, copa de vino en mano, con un trocito de sol entre el cristal, danzando al ritmo de notas cítricas, piña y cáscara de manzana. Un pedacito de cielo entre mis manos, que invade mi sistema sensorial y entona música fresca y jugosa. 

¿Te imaginas qué estoy bebiendo?

¡Salud!

Continuará …

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