Hoy vamos a hablar acerca de otra corriente agrícola que viene ganando peso con los años, especialmente en el terreno vitícola: el biodinamismo. Pero antes de explicar acerca de esta práctica, cabe primeramente entender qué es el concepto “biodinámico”. La biodinámica es más que un movimiento agrícola, abarca una filosofía y una forma de vida que abraza plantas, animales y seres humanos, todos como parte integrante de un ecosistema. Para ello, se trabaja con las energías de la naturaleza. ¿Brujería? ¿Locura cosmológica? ¿Hechizo? ¿Creencias disparatadas? Ya he escuchado todo tipo de comentarios acerca de esta práctica. Y por ello, hoy vamos a hacer un recorrido acerca de esta filosofía.
Antecedentes
La Primera y la Segunda Guerra Mundial acabaron por devastar los campos de cultivo en toda Europa. El hambre estaba en la orden del día y tener tierras fértiles se tornó una mina de oro principalmente en los años más trágicos de la guerra. Fue en esta época que las mujeres empezaron a acceder al mercado laboral, ya que los hombres estaban en el campo de batalla. Se dedicaban a hacer armamentos con compuestos químicos. Al final de la guerra muchos de estos compuestos se pararon de utilizar y muchos países se vieron con excedentes de estos.
Estudios realizados en la época han descubiertos que muchos de estos productos ayudaban a incrementar la producción agrícola; eran excelente fertilizantes para la tierra o mataban las plagas que podían arruinar el cultivo. Un gran ejemplo de ello es el uso del glifosato en los campos de trigo. Si os interesa este tema, podéis ver un documental muy interesante que hay en el canal Arte acerca de la posible relación de la celiaquía con el glifosato.
El surgimiento de la biodinámica
El biodinamismo surgió en esta época entre guerras. Mientras estábamos en esta carrera vertiginosa a repoblar aquello que fue destruido, mediante la maquinaria y el uso de productos químicos surge una opción alterna, en que lo principal es el retorno hacia lo natural. Es decir, habría que escuchar a la naturaleza, respetar sus tiempos, y no utilizar químicos ni maquinarias que pudiesen alterar los procesos naturales.
Pero ¿es solo esto? Si fuera así podríamos decir que estamos hablando de principios biológicos. Cierto es que en la biodinámica estos conceptos van un paso más allá.
La agricultura biodinámica es una práctica que prima la vitalidad. Su origen data de 1924, en un ciclo de conferencias impartidas por el filósofo Rudolf Steiner, quien creó la “ciencia espiritual” de la antroposofía, que más tarde se extendió al campo de la agricultura. Los “Fundamentos Espirituales para la Renovación de la Agricultura” componen hasta hoy las bases que cementan el movimiento biodinámico en todo el mundo.
Entendiendo la biodinámica
La biodinámica parte de la primicia que la finca/granja/viñedo en su totalidad es un sistema viviente. Por ello, las granjas biodinámicas deben ser sistemas independientes y autosustentables. Ahí no solo se trabaja con las fuerzas de la tierra, sino que también se tienen en cuenta las fuerzas del cosmos.
¿Cómo? Exactamente. En la biodinámica es fundamental llevar en consideración las influencias de los ritmos solares, lunares, de la constelación del zodíaco y de los planetas de nuestro sistema solar. Aquí, la tierra no es solo una sustancia para el crecimiento de la planta sino un organismo en si mismo, con su propia finalidad.
Reglamento de esta agricultura
En la agricultura biodinámica todo lo que se consume en la granja/viñedo/finca debe ser producido en ella. Y los desechos vuelven en forma de compost para fertilizar la tierra, creando así un sistema cerrado, un ciclo de vida.
Con todo ello hay que cumplir con una serie de condiciones. Algunas de ellas son:
- Elaboración de compost, abonos verdes, rotaciones de cultivo, cultivo de transición. La flora y la fauna nativa deben estar integradas.
- Empleo de preparados homeopáticos que alimentan el suelo y mejoran su fertilidad. Por ejemplo, sílice en cuerno, estiércol de cuerno, etc. Es obligatorio emplear por lo menos 2 preparados homeopáticos para pulverizar la viña, y 6 preparados homeopáticos para el compost.
- Las tareas están vinculadas a los ciclos lunares, planetarios o cósmicos. Cuando se siembra, se poda, si vendimia, etc. se rigen por un calendario.
- Tratamientos que llevan en consideración el entorno, intentando minimizarlos lo máximo posible.
Certificación biodinámica
Claro, tras toda esta explicación estoy segura de que mi lector quiere saber si toda esta práctica está regulada. Al contrario que los vinos naturales, como hemos visto anteriormente, que no hay una certificación que verifique el cumplimento de una serie de prácticas para que el viticultor diga que es “natural”, en el biodinamismo hay una regulación.
El organismo que otorga esta certificación es Demeter. Se llama Certificación Biodinámica Demeter y es la única asociación ecológica que ha constituido una red internacional de Organismos Independientes de Certificación.
Esto significa que el vino biodinámico certificado es aquel que cumple rigurosamente con todos los criterios de esta forma de cultivo, y ha superado las auditorias Demeter en su actividad agrícola y procesos de vinificación. Solamente el producto que lleva el sello Demeter garantiza que el proceso biodinámico fue llevado a cabo de forma rigurosa.
Vinalogando con la biodinámica.
¿Te ha gustado el post? ¿Qué opinas acerca de esta práctica? ¿Has tenido la oportunidad de visitar un viñedo biodinámico? Vinálogos quiere saber tus opiniones, experiencias y vivencias respecto al biodinamismo.
¡Chinchín!
