Seguimos padeciendo las consecuencias dolorosas de esta pandemia que nos ha cambiado la manera de vivir, de relacionarnos, de trabajar y de pensar. Y a medida que avanzamos sobre la curva de la segunda ola, encuentro con reparo y desazón que queda mucho por hacer.
Aguardar, reflexionar, acatar, ¡o no!, seguir adelante, luchar con determinación por nuestras metas, por nuestros planes y saber llevarlos con altura.
Muy a nuestro pesar, los que vivimos en Madrid y alrededores, vivimos esta rémora social y sanitaria con mayor peso sobre nuestra cotidianidad.
Así que hoy, con segunda ola de por medio, con un otoño que se desdibuja ante nuestros ojos y palidece de realidad, traigo una propuesta en clave tánica, cálida, con un delicioso aroma de especias y frutas rojas, de cerezas de campo, para elevar el ánimo y resistir el envite.
Hoy nos vamos al levante, al este de la península, mirando hacia el mediterráneo, dispuestos a saborear y sentir la más pura esencia de la bobal.
Segunda ola: ¡bah! Bebamos bobal
Se me antoja pertinente el aforismo expresado por Napoleón Bonaparte, en referencia al Champagne: “En la victoria la merecemos, en la derrota la necesitamos”. Yo lo interpreto extensivo a todas las ramas del vino.
Llega la segunda ola del coronavirus, volvemos a los confinamientos, esta vez selectivos, pero igual de agravados y peligrosos, tanto para la economía como para las libertades; y no encuentro mejor manera de sobrellevarlo, que con entereza, actitud positiva, personas vitamina, buenos libros y vinos.
Viajamos hacia la comunidad valenciana, a través de sus vinos, de su variedad insignia, que con buena fortuna, algunos viticultores han sabido rescatar y destacar como varietal en tintos de calidad, lejanos a los volúmenes y las ventas a granel.
Olfatear, beber, sentir y disfrutar un buen vino de la región, de esta variedad mediterránea, única y compleja, potencia la salivación y el sentido del gusto.
Bobal
La bobal es la tercera variedad con mayor extensión de viñedo de España, por detrás de la tempranillo, en cuanto a variedades tintas.
Variedad autóctona valenciana, también conocida como requena o tinta madrid. Aunque suele estar presente en las provincias de Cuenca, Valencia y Albacete, es en Utiel-Requena donde encuentra su máxima expresión.
Precisamente Utiel-Requena ha desarrollado la vinificación de esta variedad desde hace más de 2,500 años, ya que la filoxera no atacó las viñas de la región, gracias a las características de la bobal.
Una variedad, que si la dotamos de personalidad, podríamos describir como resiliente, polivalente, capaz de expresar su esencia, su sense of place, de mentalidad fuerte, expresiva y tolerante.
Se desarrolla en regiones cálidas de clima mediterráneo con una alta continentalidad. A lo largo del año, las viñas reciben un aproximado de 2,800 horas de sol y solo 450 mm de lluvia.
En su ciclo vegetativo, es una variedad resistente a los cambios abruptos que trae consigo cada estación.
Ciclo vegetativo de la bobal
En verano alcanza los 40·C en periodos cortos pero muy intensos; sobrevive inviernos que pueden llegar a temperaturas agresivas por debajo de los -13·C y a las primaveras tardías con heladas ocasionales.
Como mecanismo de superviviencia, esta variedad ha desarrollado la capacidad de brotar tardíamente, para así eludir las heladas primaverales.
No obstante, como todo en la vida, no es todo maravillas y sufre especialmente bajo los ataques del Mildiu y el crecimiento heterogéneo a nivel de sus racimos.
Sus racimos son compactos y medianos en tamaño. Es una variedad agradecida y vigorosa, razón por la cual durante tantos años ha sido destinada a los vinos de granel.
Sin embargo, cuando se trabaja con esmero, con sentido de terruño y se redirige hacia el consumo sostenible, con mínima intervención y vocación de nichos de mercado, encontraremos vinos con verdadera personalidad.
La segunda ola del covid, retiene y desespera; la segunda copa de una bobal bien trabajada: sostiene, ralentiza las prisas y sosiega los sentidos.
Tipicidad de la bobal
Esta variedad la encontraremos en las denominaciones de origen Utiel-Requena, al interior y oeste de Valencia, en Valencia, Manchuela y Ribera del Júcar; bajo la designación de vinos tintos, aunque para algunos mercados, en particular, va creciendo en boga el consumo de rosados.
Dentro de sus características diferenciadoras radica su capacidad de expresar las diferencias de origen: sus suelos, altitudes de las viñas y características del entorno que influencian el desarrollo de esta variedad.
Mirando al mediterráneo, influenciada o resguardada de las brisas que soplan frescas y limpian la viña, según sus suelos rojizos, arcilosos o calcáreos, esta variedad levantina puede denotar un carácter rústico, cálido y agresivo cuando no se vinifica de manera adecuada.
En otro caso, sus vinos pueden ser expresivos, firmes, jugosos e incluso, salvajes. Frutos rojos y negros, chocolate, cedro y hierbas mediterráneas.
Vinos con taninos firmes y calidez. Vinos para atemperar la vida y pasar esta segunda ola de la mejor manera posible.
Como escuché recientemente en una charla: el optimismo es una forma de capturar el instante presente ya que la felicidad no es lo que nos sucede, sino como interpretamos lo que nos sucede.
Vivamos el momento presente, la pandemia, la segunda ola y las vicisitudes que afrontamos cada día. Mi invitación hoy, es cambiar la manera de verlo, y disfrutar de estos pequeños grandes placeres que nos concede la vida, a través del vino y la lectura.
¡Salud!
“La felicidad está íntimamente relacionada con el sentido que le damos a nuestra vida, a nuestra existencia”.
Marian Rojas
