¿Alguna vez te has preguntado qué vino va mejor con tu hamburguesa vegana o con ese curry de garbanzos tan sabroso? Aunque pueda parecer complicado, maridar vinos con comida vegana o vegetariana es una práctica cada vez más popular y, sobre todo, muy divertida. La clave está en conocer las características de los ingredientes de los platos y cómo se combinan con las propiedades de los vinos. Vamos a explorar cómo hacer los mejores maridajes y por qué ciertos vinos se llevan tan bien con los platos “plant-based”.
Ciencia detrás del maridaje: cuando el vino se convierte en magia
El maridaje entre comida y vino no es solo cuestión de probar, es ciencia pura. François Chartier, un experto en maridaje, ha dedicado gran parte de su carrera a entender cómo los aromas y sabores de la comida y el vino interactúan. Según Chartier, se trata de buscar “familias de sabores” que se complementen, es decir, combinar elementos con perfiles similares para crear armonía en el paladar. Este enfoque se aplica perfectamente a los maridajes con comida vegana y vegetariana.
A diferencia de la carne, que tiene sabores más potentes y grasa que necesita ser contrarrestada con vinos robustos, los platos veganos suelen ser más ligeros y frescos, lo que hace que el maridaje sea una experiencia mucho más suave y sutil. Esto abre un abanico de posibilidades para explorar.
Vinos blancos y rosados: la opción más versátil
Comencemos con los vinos blancos, que son unos de los más fáciles de combinar con la mayoría de los platos veganos. Los vinos blancos frescos y afrutados, como un Sauvignon Blanc, tienen la acidez y frescura suficientes para equilibrar la intensidad de platos como ensaladas frescas, pastas con salsas vegetales y platos con mucha hierba o cítricos. Si estás disfrutando de un plato de tofu a la plancha o una ensalada de quinoa, un buen blanco, como un Albariño, es perfecto para complementar la textura ligera de los ingredientes.
Por otro lado, los rosados también son una opción fantástica, especialmente cuando se combinan con platos más especiados, como un curry de garbanzos o berenjenas al horno. Un rosado seco, con su toque afrutado y su acidez balanceada, resalta los sabores de las especias sin abrumarlos.
Vinos tintos ligeros para platos más intensos
Aunque los tintos suelen asociarse con carnes, los vinos tintos ligeros también pueden ser una gran elección con platos veganos que tienen sabores más intensos. Un Pinot Noir, por ejemplo, es perfecto para acompañar platos como una pizza vegetariana o pasta con setas, debido a su perfil más suave y su sutilidad en comparación con tintos más pesados.
Otra excelente opción para maridar con platos especiados y de sabor más robusto (como un guiso de lentejas) es un Garnacha o un Zinfandel. Estos vinos, con taninos más suaves y una explosión de frutas rojas, hacen que las especias en los platos se realcen sin opacarlas.
La regla de oro: equilibrio en los contrastes
Una regla básica del maridaje es equilibrar los contrastes. Si un plato tiene una textura cremosa, como una ensalada de aguacate, opta por un vino con una buena acidez para cortar la cremosidad, como un Chardonnay fresco. Si el plato tiene mucho sabor a especias o un toque picante (como un stew vegano con curry rojo), busca un vino con un poco de dulzura o un toque afrutado, como un Riesling.
Por ejemplo, un Sauvignon Blanc es fantástico para platos veganos con salsas a base de hierbas, ya que sus aromas cítricos y su frescura realzan las notas herbáceas del plato. Para un guiso de garbanzos con tomate y especias, un Tempranillo ligero y fresco será un excelente acompañante.
Combinaciones únicas: lo que no te esperas
Aunque muchas veces seguimos las reglas tradicionales de maridaje, lo emocionante de combinar comida vegana y vinos es que podemos probar lo inesperado. Por ejemplo, los vinos espumosos como el Cava pueden sorprender con sus combinaciones. Un Cava Brut va maravillosamente con una paella de verduras o un arroz con setas, gracias a su efervescencia que ayuda a limpiar el paladar entre bocado y bocado.
Otro maridaje sorprendente son los vinos fortificados como el Jerez o el Oporto. Aunque a menudo se asocian con tapas o carnes curadas, también pueden ir de maravilla con platos de quesos veganos o una ensalada templada de espárragos. Los sabores complejos de estos vinos y sus notas salinas complementan los ingredientes de manera única.
